¿Por qué son tan importantes los procesos en lo que hacemos?

En La Metropolitana entendemos que cuidar los procesos es cuidar lo que los rodea: a las personas que los hacen posibles, al entorno del que se extraen los materiales, a las tradiciones y saberes que nos han formado. No creemos en producir por producir. Creemos en trabajar con sentido, en construir una cultura de producción que respete los ciclos, que observe el contexto, que valore la precisión y la permanencia. La manufactura, para nosotros, no es solo un medio técnico, es un lenguaje con el que se expresan visiones del mundo.

Crear bien, para nosotros, es trabajar con propósito, ejecutar cada proceso con precisión y respetar a las personas, los materiales y el entorno que hacen posible cada objeto.

Detrás de cada objeto diseñado y producido en LaMetropolitana existe una red de relaciones: personas, territorios, conocimientos, tecnologías, tiempos y oficios que se entrelazan para hacerlo posible. Esa red es tan importante como el objeto mismo. Si está bien construida, el resultado trasciende su función y se conecta con el propósito que nos mueve.

Producción Racional

En La Metropolitana entendemos la producción como una práctica que conjuga conocimiento, técnica y conciencia. Es una forma de crear que se aleja de la lógica extractiva y acelerada de los modelos neoliberales y que responde, en cambio, a una ética del equilibrio: entre lo que se toma y lo que se devuelve, entre lo que se fabrica y lo que se necesita, entre lo humano, lo tecnológico y lo natural.

Este enfoque nos ha llevado a desarrollar un modelo de manufactura digital responsable, en donde las herramientas tecnológicas no se imponen sobre la tradición, sino que la complementan. La precisión y eficiencia de nuestras tecnologías permiten optimizar los recursos, reducir el desperdicio y diseñar procesos más limpios y reproducibles, sin perder el valor simbólico y artesanal del trabajo humano.

Pero la producción racional no puede pensarse sin una relación consciente con el entorno. Por eso, uno de nuestros compromisos fundamentales es con el origen de la materia, con el bosque y con quienes lo cuidan. Nuestra alianza con AGSA, empresa dedicada al manejo forestal sustentable, representa un paso clave hacia una cadena productiva verdaderamente coherente.

AGSA opera bajo principios de conservación activa, regeneración ecológica y desarrollo comunitario. Gracias a esta sinergia, accedemos a materia prima proveniente de bosques manejados de manera certificada, en los que se garantiza el equilibrio entre aprovechamiento y conservación. Esto permite que nuestras piezas no sólo sean técnicamente precisas y estéticamente cuidadas, sino también éticamente viables.

La alianza entre manufactura digital y manejo forestal sustentable articula una nueva forma de producir, donde la tecnología no sustituye la naturaleza, sino que la respeta. Donde el diseño no es una estrategia de consumo, sino una herramienta para regenerar. Donde cada objeto tiene un propósito, un origen trazable y una historia que contar.

Producir racionalmente, para La Metropolitana, es asumir que toda transformación material implica una responsabilidad. Y que el verdadero progreso es aquel que permite imaginar un futuro posible para todos: para quienes diseñan, para quienes fabrican, para quienes habitan, y para quienes, desde el bosque, hacen posible que todo comience.

LaMetropolitana es un ecosistema productivo en donde más de 140 personas colaboran.

Primero, en nuestra Fábrica de Tableros de Chimalhuacán, transformamos la materia prima, desde su secado hasta la constitución de tableros, que son base para nuestros procesos secundarios y la fabricación de mobiliario.

En seguida y también de gran escala, están los talleres satelitales de Xocotla y Acambay, así como en nuestra fábrica en el corazón de la Ciudad de México. Con equipamiento especializado, realizamos de manera autónoma todos los procesos productivos, desde la preparación del material hasta los acabados finales.

También, en nuestro taller piloto en Chimalhuacán de escala mediana en el que nuestros colaboradores más antiguos regresaron al lado de sus familias a seguir ejerciendo la labor que durante años ejercieron a dos horas de ellas, se produce y da acabado, principalmente, a los accesorios de nuestra línea de productos. En la escala más pequeña, contamos con estaciones individuales de trabajo donde se realizan labores manuales como el tejido artesanal.

Nuestro enfoque de relocalización del espacio de trabajo ha permitido a más de 80 personas volver con sus familias y evitar la separación de familias, creando nuevas oportunidades locales e integrando a más jóvenes al oficio, ayudándoles a desarrollar capacidades y autonomía.

Por último, la Fábrica Escuela en Laguna (una ex fábrica de telas en el centro de la Ciudad de México, hoy un epicentro creativo importante) alberga nuestras oficinas centrales y a nuestro laboratorio de diseño prospectivo y centro de capacitación. Aquí reactivamos oficios tradicionales y los transformamos en motores de progreso y bienestar, conectamos a comunidades con procesos productivos que cambian vidas, generando un impacto medible en la calidad de vida de las personas.

Los procesos manuales, facilitados por el uso previo de tecnología que asegura alta precisión y calidad en las piezas, tienen un impacto profundamente reivindicatorio. Actividades como tejer o lijar requieren que el trabajador silencie su mente, convirtiéndose casi en un acto de meditación. Hemos observado cómo estos procesos pueden transformar a personas con problemas personales, conectándolas con su esencia y su naturaleza.