¿Por qué son tan importantes los procesos en lo que hacemos?

Porque creemos que la producción es un acto de creación, impulsado por el pensamiento, que le permite encontrar significado al ser humano. Es en este acto donde se concentra la esencia de nuestros propósitos: crear mobiliario pensado humanamente y fabricado de forma excepcional.

Producción Racional

En La Metropolitana promovemos una producción que integra tradición y tecnología para equilibrar el uso de recursos forestales con el entorno. Trabajamos con ejidos y comunidades forestales certificadas, instalando centros productivos autónomos que impulsan el equilibrio ecológico y social, democratizando la tecnología y reduciendo intermediarios.

Unimos manufactura digital con técnicas manuales

Hemos integrado tecnología que produce componentes con extrema precisión, permitiendo su uso en nuestros talleres satélites para procesos de alta eficiencia y confiabilidad. Combinamos técnicas de ebanistería tradicionales con tecnología de punta, logrando una propuesta de alta calidad. Incorporamos la mano de nuestros maestros carpinteros en el armado, acabado y tejido, utilizando técnicas manuales que aportan significado y riqueza ancestral al producto final.

De la materia prima a los acabados: el proceso en nuestros centros

Primero, en nuestra Fábrica de Tableros de Chimalhuacán, transformamos la materia prima, desde su secado hasta la constitución de tableros, que son base para nuestros procesos secundarios y la fabricación de mobiliario.

En seguida y también de gran escala, están los talleres satelitales de Xocotla y Acambay, así como en nuestra fábrica en el corazón de la Ciudad de México. Con equipamiento especializado, realizamos de manera autónoma todos los procesos productivos, desde la preparación del material hasta los acabados finales.

También, en nuestro taller piloto en Chimalhuacán de escala mediana en el que nuestros colaboradores más antiguos regresaron al lado de sus familias a seguir ejerciendo la labor que durante años ejercieron a dos horas de ellas, se produce y da acabado, principalmente, a los accesorios de nuestra línea de productos. En la escala más pequeña, contamos con estaciones individuales de trabajo donde se realizan labores manuales como el tejido artesanal.

Nuestro enfoque de relocalización del espacio de trabajo ha permitido a más de 80 personas volver con sus familias y evitar la separación de familias, creando nuevas oportunidades locales e integrando a más jóvenes al oficio, ayudándoles a desarrollar capacidades y autonomía.

Por último, la Fábrica Escuela en Laguna (una ex fábrica de telas en el centro de la Ciudad de México, hoy un epicentro creativo importante) alberga nuestras oficinas centrales y a nuestro laboratorio de diseño prospectivo y centro de capacitación. Aquí reactivamos oficios tradicionales y los transformamos en motores de progreso y bienestar, conectamos a comunidades con procesos productivos que cambian vidas, generando un impacto medible en la calidad de vida de las personas.

El resultado en lo social

Los procesos manuales, facilitados por el uso previo de tecnología que asegura alta precisión y calidad en las piezas, tienen un impacto profundamente reivindicatorio. Actividades como tejer o lijar requieren que el trabajador silencie su mente, convirtiéndose casi en un acto de meditación. Hemos observado cómo estos procesos pueden transformar a personas con problemas personales, conectándolas con su esencia y su naturaleza.