El punto de partida de esta historia es un avión rumbo a Oaxaca, en mayo de 2019. Lo abordamos los tres socios de La Metropolitana, junto a nuestras queridas amigas de Yola Mezcal y un hombre misterioso con overol de mezclilla y mirada profunda, que pronto se presentó como Carsten.
La magia de Oaxaca nos envolvió. En cuestión de horas, entre mezcales, caminatas y conversaciones, nos hicimos grandes amigos. Fue desde esa ligereza que nos sorprendimos al descubrir que Carsten era uno de los artistas más relevantes de su generación y estaba en México por una retrospectiva que presentaría meses después en el Museo Tamayo.
Las conversaciones continuaron a la distancia, hasta que el reencuentro sucedió en Estocolmo. Esta vez, Carsten nos mostró su mundo: su ciudad, sus lugares favoritos, su casa-laboratorio. Entramos — literalmente — en su obra y junto con él la habitamos.
Lo que vino después nadie lo esperaba: el mundo se detuvo. La pandemia nos obligó a pausar, pero también nos ofreció el tiempo para imaginar y decidimos imaginar en conjunto. Desde ese espacio nació Brutalisten, una colección que reúne la visión de Carsten y la nuestra en piezas funcionales con una carga formal, conceptual y material clara.
Durante más de un año, de enero de 2021 a febrero de 2022, co-creamos a la distancia con un objetivo común: llevar el mobiliario de La Metropolitana a la meca del diseño en madera, Escandinavia.
Brutalisten abrió sus puertas en el verano de 2022, como extensión tangible del pensamiento culinario de Höller y su Manifiesto de la Cocina Brutalista. La colección incluye una silla apilable inspirada en las sillas de orquesta europeas de mediados del siglo XX, un taburete de tres patas que evoca el banco de Alvar Aalto, una mesa de comedor y consolas de geometrías irregulares.