El edificio, que abrió en 1970 como Hotel Jardín Amazonas, revive su esplendor con una intervención arquitectónica que fluye de manera natural gracias al mobiliario y los microespacios que éste crea. Con una personalidad discreta pero imponente, las piezas, fabricadas en los talleres donde se fundó La Metropolitana, dan vida a habitaciones, terrazas, alberca, salas y el patio interior, convirtiéndose en la firma visual del hotel.
Combinando técnicas de carpintería clásica escandinava y japonesa con precisión digital y tejido manual, esta colección es un oasis de saberes técnicos que complementa la experiencia de pausa que ofrece el hotel con su patio interior, otro oasis dentro de la ciudad donde se cierra el círculo de una experiencia entre diseño y tranquilidad.